BULIMIA
Existen situaciones emocionales,
sociales o clínicas en las que se producen episodios de ingestas exageradas y
no se trata de bulimia. Por ejemplo, frente al estrés hay muchas personas que ingieren más
que lo habitual. Es frecuente escucharlo en adolescentes en época de examen, pero la
diferencia con la bulimia radica en que la ingesta vuelve a lo normal,
transcurrido el período de exigencia extrema. No es infrecuente que
determinados eventos se festejen con comidas abundantes y copiosas, y que
alguno de los asistentes se exceda más que otros, pero esto debe diferenciarse
de un trastorno de la alimentación. Algunas enfermedades
orgánicas llevan al exceso de alimentación, como el hipertiroidismo o la diabetes.
Al hablar de bulimia nos referimos a una forma
particular de ingesta excesiva que va acompañada del rasgo esencial de la
anorexia: el temor a engordar. Los atracones concluyen a causa del malestar
físico o por una interrupción social – que la paciente sea descubierta -
.Inmediatamente, a continuación hay remordimiento y distintas formas de anular
lo hecho, pero esta conducta llamada de
purga, está siempre originada por el temor malsano a engordar, y es esto
lo que diferencia al verdadero bulímico del exceso temporáneo que
esporádicamente puede incurrir cualquier persona.
Con respecto al atracón, es
típico que sea secreto, con gran vergüenza por parte del paciente si es
descubierto. La comida es ingerida rápidamente, sin dar tiempo a saborearla.
Los alimentos consumidos son generalmente hidratos de carbono y grasas, de fácil ingesta. Cuando alguien
tiene un peso inferior al que le determina su biología
o se está alimentando con una dieta restrictiva, el desencadenante del atracón
suele ser el hambre. Con el tiempo, el atracón se generaliza como recurso para
aliviar transitoriamente el malestar emocional que puede tener distintos
orígenes: desde el aburrimiento hasta la depresión, pasando por la ansiedad o
el enojo.
A la vez, la persona está preocupada
constantemente por pensamientos de la comida y por la sensación de haber
traicionado su aspiración a un peso ideal. La ingesta compulsiva termina debido
al malestar abdominal, interrupción externa por aparición de otra persona,
recuperación de control o sensación de sopor. Luego del atracón, la persona
siente culpa y se atormenta por la sensación de pérdida de control. El método de purga específico puede variar a
lo largo del tiempo, siendo los más comunes los vómitos, los diuréticos y los
laxantes.
El ciclo de la bulimia
La gran contradicción y paradoja
es que hacer una dieta, atracarse y purgarse, muy lejos de solucionar el
problema, contribuye a perpetuarlo. Vomitar es una solución de corto alcance
porque, si bien se elimina el alimento que la persona rechaza, vuelve el
apetito y consiguientemente las ganas de comer de nuevo. Con el transcurso de
tiempo, la paciente va perdiendo más el control, al punto de sentir que debe vomitar
cada vez que come. Esto se torna en costumbre, la paciente se siente
avergonzada y aumenta su culpa. Con el tiempo se instaura definitivamente el
atracón y el posterior vómito o ingesta de laxantes o diuréticos. Al producir
pérdida de peso y hambre, rompen el circuito natural de hambre – comida –
saciedad, desencadenando un nuevo atracón y así sucesivamente. La vida de la
bulímica está signada por la culpa, la vergüenza y complicadas estrategias para poder seguir con el
vómito, no como algo placentero, sino como algo que realmente no puede eludir.
Relación entre bulimia y anorexia
En los últimos años ha aumentado
el número de pacientes anoréxicas con síntomas bulímicos. Uno de los factores
influyentes es la creciente presión social que impone que para obtener logros y
éxitos, es necesario ser delgada. Últimamente, las consultas por anorexia se
han mantenido estables, mientras que las consultas por bulimia han incrementado
notablemente. Los ciclos de atracones y vómitos parecen deberse a los mismos
factores predisponentes y de mantenimiento que la anorexia, por eso
inevitablemente se mantiene emparentada.
Personalidad y bulimia
La depresión es el elemento que
colorea la forma en que se manifiesta el trastorno. La baja autoestima, el
temor a la no aceptación social y la gran necesidad de una aprobación externa
son cruciales en el desarrollo de la bulimia. Diversos estudios coinciden en
que los pacientes bulímicos tienden a ser depresivos, impulsivos y ansiosos.
Son sensibles y muy rigurosos en ciertos aspectos. Presentan baja tolerancia a la frustración, inestabilidad
afectiva.
Presentación y consulta diagnostica
En muchos casos, las pacientes
no sabían que padecían la enfermedad, sino simplemente hábitos que creían que
debían esconder. Las preocupaciones son similares a las de las anoréxicas.
Constantemente piensan en la comida y el peso. Cuando hablan de los atracones,
aducen que éstos no se deben al hambre sino a una costumbre que no pueden
dominar. Suelen presentar síntomas como tristeza, irritabilidad y dificultad en
la concentración. Suelen llegar, en casos extremos a ideas suicidas. Tienen una
idea sobrevalorada respecto del temor a la gordura.
Cuadro clínico
La apariencia puede ser de una
obesa, otras veces tienen peso normal y, más raramente están desnutridas. Estas
suelen ser anoréxicas con conductas bulímicas. Cuando el médico interroga no
hacen referencia a los atracones. Sí surge que la alimentación ocupa un lugar
preponderante en sus preocupaciones cotidianas. Los síntomas referidos durante
el interrogatorio son secundarios al vómito y al uso de laxantes y diuréticos:
dolor de garganta, de estómago, que se presentan cuando el contenido del ácido
gástrico ha lesionado la mucosa esofágica; debilidad o fatiga; rostro hinchado;
luego del atracón se presenta malestar abdominal, náuseas, dolor; diarrea o constipación; vómitos de sangre cuando existe lesión esofágica
sangrante secundaria a reiterados vómitos; irregularidades menstruales;
episodios de sudoración, debilidad, taquicardia, somnolencia y letargo luego de
los atracones.
El examen físico puede ser
normal o presentar algunas alteraciones:
a)
alteraciones dentarias:
b)
pérdida de esmalte por efecto del ácido gástrico que
causa descalcificación y disolución del esmalte.
c)
aumento de las glándulas parótidas.
d)
bradicardia y cambios en la presión arterial.
e)
erosiones y callosidades en las manos, por utilizarlas
crónicamente para provocar vómitos. Estas lesiones se producen en el sitio de
roce de la mano contra los dientes.
¿Cuáles son los síntomas
y el perfil de las personas que padecen bulimia?
Los síntomas de bulimia siempre
incluyen episodios recurrentes de:
1)
Se comienza con dietas para mejorar el aspecto físico.
2)
El deseo de comer alimentos dulces y ricos en grasas es
muy fuerte.
3)
Los sentimientos de ira, cansancio, ansiedad, soledad o
aburrimiento provocan la aparición de ingesta compulsivas.
4)
Después de un acceso se siente una gran culpa o se
ensayan diferentes métodos para eliminar lo ingerido (vómitos provocados,
laxantes, etc.).
5)
Ansiedad o compulsión para comer.
6)
Vómitos.
7)
Abuso de medicamentos laxantes y diuréticos.
8)
Seguimiento de dietas diversas.
9)
Deshidratación.
10)
Alteraciones menstruales.
11)
Aumento y descensos de peso bruscos.
12)
Aumento de caries dentales.
13)
El hábito se arraiga.
El perfil de personalidad más frecuente es el de un adolescente
responsable, de excelente desempeño en la escuela (Ej.: abanderado, brillante),
con gran dominio del lenguaje, lo que se llamaría “un hijo/a ejemplar”. En la
conducta alimentaría suele ser caprichoso y tirano.
Su carácter cambia con respecto
a la comida y aumenta su irritabilidad.
Complicaciones médicas
a)
Cardiovasculares: los vómitos, uso de laxantes,
diuréticos pueden causar hipotensión arterial, arritmias cardíacas.
b)
Del medio interno: deshidratación, pérdida de cloro,
potasio, magnesio y fósforo. Estas alteraciones producen debilidad, cansancio,
constipación y depresión, y pueden causar arritmias cardíacas y, en algunos
casos, muerte. En las abusadoras de diuréticos
aparecen edemas.
c)
Nefropatías: El riñón puede verse afectado por la
deshidratación, pérdida de potasio y empleo de diuréticos. Suelen presentarse
infecciones urinarias.
d)
Endocrinas: Son frecuentes las alteraciones menstruales.
e)
Pulmonares: Las microaspiraciones que a veces acompañan a
los vómitos pueden causar espasmo bronquial y neumonitis.
f)
Gastrointestinales: Las alteraciones a este nivel son
severas y frecuentes. Un 50 % de las pacientes las presenta. El esófago sufre
con frecuencia las consecuencias de los vómitos. El contenido ácido del
estómago, en contacto con la pared esofágica es altamente lesivo. Puede
producir esofagitis, erosiones, úlceras y sangrado frecuente. La rotura
esofágica puede llevar al riesgo mortal. La dilatación aguda del
estómago y el duodeno es otra complicación con riesgo de muerte.
Es altamente aconsejable el
tratamiento psicoterapéutico individual apenas se perciben los primeros signos de la enfermedad, que siempre la
paciente tratará de negar y atribuir a un mero deseo de adelgazar para sentirse
mejor. Cuando la situación presenta signos orgánicos importantes y evidentes,
es necesario el trabajo interdisciplinario entre
psicoterapeuta y médico.
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